Árboles de Av. Libertador- óleo sobre tela |
Olvidar… suerte
que me olvido de todo…
Hoy recorrí
nuevamente lugares que hace tiempo no caminaba.
En San
Isidro durante cinco años hice la
carrera de arte, y hoy… no pude entrar en un café.
Antes, mucho
antes… me era un lugar al que estaba obligada a ir… todos los días.
Por sus
calles me iba sintiendo una madre fatal, fetal?
Una mujer
hambrienta,
Una deplorable fémina que no podía estar en
cuatro lugares a la vez.
mujer doliente-Acrílico sobre tela |
La exigencia,
el dialogo feroz con que contaba hasta… hace poco, quedó allí, en esas calles..
Pasé hoy
mismo por esquinas donde sus rincones tenían lágrimas mías, suspiros
desesperados,
Entrecortadas lanzas que me propiciaba…
Estaba tan
equivocada…
Tan
equivocada… creía firmemente que tenía que esforzarme por ser alguien muchísimo
mejor.
Tenía un
odio tan fuerte, que podía sentirlo en los filos de las vidrieras…
Aún estaba
allí.
Con estas
sensaciones, ahora que aprendí un poco a no exigirme a ese nivel, no pude
sentirme cómoda…
Solo registré el cambio, gran cambio que
presencio desde hace…. Minutos.
Sin café
donde poder dibujar… aun sabiendo lugares precisos para ver cosas que me gustan, aun, tuve que volver.
Retomé ese
mismo camino...
Avenida Libertador, el colectivo…
Recordé puntualmente
lo linda que me era esa calle, sobre todo en una época del año, cuando los
grandes árboles se poblaban de flores amarillas.
Recuerdo mi
placer de ver las calles salpicadas de mi color preferido, junto al amargo
presente que lapidaba mi pecho… ante
tanto dolor me gustaba la calle.
Era el
suceso más hermoso que vivía en aquellos momentos.
Entiendo que
también hay que soltar el recuerdo,
suerte que
me suelo olvidar!!!
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