A veces no
se qué música escuchar…
Hoy me puse
la selección de mantras, que hasta hace poco, me tranquilizaba.
Recuerdo
algo confusamente, mis dificultades para sentirme bien, calmada y viviendo la
vida….
En los
acordes, cánticos y estribillos encuentro mi resistencia, mi apego… tanto dolor, por dejar ir a mis hombres, a mi madre…
a mis ideas.
Suavemente
recorría las vueltas de tejido, mi
pullover amarillo al crochet…
el aire fresco entraba por la ventana,
al igual
que el sol… que siempre me acurrucó.
Otra vuelta
de amarillo, un mensaje, ausencias que ya no dolían
La estupidez
de otros iba ya quedando envuelta en el cantico del mantra…
Ya pasa, la
siento pasar….
Hermosa es
la permanencia, si podemos confiar en ella.
Hasta hace
minutos, segundos, mi sentir interno era violentado por
experiencias desagradables.
El duelo, el
"dejar ir" famoso que parecía ya resuelto, adquirió ribetes feos...
La música me
hace repetir una y otra vez el amor universal a Dios, a CRISNA a mi propio camino…
Listo, una
vuelta de página,
otra ola donde quedo yo misma,
allá arriba nuevamente, como
todo, ya pasó.
La palmadita
en el hombro que me propicio,
mis sentires cada vez más cerca de mi voz
interior,
mi interior que poco a poco se va haciendo solido,
lentamente…
descubro mi voz.
Y si, ya
pasa… mi propio respaldo es mi tesoro.
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