lunes, 27 de octubre de 2014

Puente Saavedra: un proyecto al estilo Gaudí


Proyecto: PUENTE   SAAVEDRA.

Desde el año 2005 elegí vivir a la orilla de la General Paz: en Puente Saavedra.

La zona me resultó muy venida a menos, sabía compararla con la estación de Once. 
 Pero la casa que compramos en aquel entonces resolvía todo ese entorno, era como un casco de estancia, ahora destruida,  con lo cual opté por la casa grande rodeada de pajaritos, árboles centenarios…  y a mano de todas las líneas de colectivos, medio que yo utilicé siempre.
 
 

Ahora moverse por estas calles no es fácil.
 Aunque nunca tuve problemas, viajo y estoy continuamente con toda una serie de personas de lugares lejanos, que trabajan en obras de construcción y demás servicios. 
 Es un lugar de paso, la gente parece no vivir aquí, solo pasa a tomar la costera, el 60, o hasta de viajes turísticos hacia el interior, quizá a visitar parientes que residen en provincias argentinas.
 

El lugar de paso que es el puente, propiamente dicho, es muy interesante: es el segundo (luego del de Libertador) más cerca del rio.
 Desde hace mucho existe proyecto de civilizar toda la zona del rio con shopping, detrás de Carrefour, y poner oficinas que desde los últimos cinco años pululan en grandes edificios vidriados sobre la avenida Libertador.  
Contamos con la mano de la naturaleza que año tras año va aumentando metros por sobre el Rio de la Plata. Los terrenos crecen y cada vez nos alejamos más del río.  Acá se reproduce la tierra, y en Europa hay problemas por sus escases.

En todos estos años me he ido animando a pasar por el puente no solo en colectivo, si no también recorrerlo a pié. Recuerdo muy bien cómo fue que yo miraba a lo largo  (o sea, salteaba el recorrido a mi alrededor) para ver si podía cruzar las calles a la salida del puente…  
 

Atmosfera del puente:

Lo primero que experimente más allá del tema inseguridad,  es la cantidad de espacio que lo conforma, yo ahora viviendo en una casa tan amplia, podía sin embargo, apreciar el gran espacio cuando caminaba debajo de la general paz que lo cruza por arriba. 
 Inmediatamente me preguntaba por qué es tan inseguro, por que tan desagradable pasar por allí… por ejemplo en un día nublado…
ni hablemos con lluvia…
la respuesta me surgía desde el color,
todo es monocromo,
 todo es gris… las paredes de lajas son grises, con rebordes ennegrecidos por la gran cantidad de smog,
 las columnas que sostienen a las vías transitables sobre el techo del puente, son grises y recubiertas con alambre tejido propio de un campo de concentración militar.

Elemento preponderante: la tierra.

Caminando uno siente la tierra sin vida de allí abajo,
esta se encuentra apilada como en montículos y  es la única protagonista de tantos metros.
  Aproximadamente  cada espacio libre del puente tiene una superficie de 1890 metros.
 Muchos metros para no habitar, escuché una vez decir a Mario Proaño que cuando nadie habita un lugar en la vía pública, los marginales se apropian de él.
Como nadie ve esos rincones ( rincón de casi 2000 metros?) es “ocupado” por aquellos que solo les quedan los no lugares humanos para estar.
 Interesante tema para pensar desde los artistas.

Tierra sin ningún arbusto, pastito o siquiera algún liquen que represente un poco de vida, de humanidad, es tierra muerta, gris, sin vida visible, la cual al no tener ningún cuidado parece ser totalmente estéril e inhóspita al caminante.
Este entorno tan triste y hasta hostil a la sensibilidad provoca, a mi entender, tanta desolación e inseguridad a los transeúntes.
Las únicas personas que están allí todo el día (y noche) son de dos a tres policías que controlan los autos que pasan de la capital a la provincia, ya que solo se encuentra la garita de policías del lado capitalino del puente.

Importaría pensar la relación que hay entre la tierra y la desolación propia de la muerte, como es que aquí el elemento tierra que es el generador primordial de vida, desde que se originó el planeta, no cumple aquí esta función esencial?
Que es lo que a esa tierra la hace muerta a los ojos de los que caminamos por allí?
Entiendo que la respuesta podría venir por el lado de la luz, cosa que me había disparado ideas acerca de cómo iluminar este “abajo del puente”, espejos, reflectores, soles de cd viejos podrían ser ideas posibles.
Pero tome otro camino, la luz no me fue un elemento posible de trabajo, y quizá de presupuesto, si me fue posible pensar en la fuerza de los contrastes de colores.

Las personas que pasan por el puente:

Otras veces que lo he recorrido comencé a ver quiénes eran los que caminaban con migo, a quienes cruzaba, como eran las personas, encontré muchos hombres, de clase baja, cargando maletines de herramientas, otros con mamelucos, otros con baldes de cemento, algunos con cañas de pescar,  mujeres trabajadoras que no pueden caminar sin demostrar su cansancio, hombres y mujeres mayores de 65 años  curtidos por el trabajo a la intemperie.
  También personas de países limítrofes, peruanos, bolivianos  hasta chilenos, a algunos los he oído  hablar en guaraní o hasta en quechua, por supuesto no es algo que yo haya podido descifrar, tuve empleadas que conocían ambos idiomas y me comentaban que decían los hombres cuando los cruzábamos debajo del puente.

Un dato colorido fue que a tres empleadas que tuve a todas les robaron debajo del puente.

Mirando y viendo tanto espacio, pensé con que podría yo contribuir…
 como acompañar a tanta gente que vive días y días de trabajo fuerte, o no, y espera los colectivos del lado provincial en colas interminables que pasan y dan la vuelta por el puente… que es casi tan largo con una cuadra.

Elemento color: como introducirlo, primeras reflexiones.

Tanta gente está allí, es ese gris circundante… como se podría hacer desde el arte para que el gris fuera un color, y no una atmosfera polvorienta llena de tristeza. 
 Entiendo que algún contraste podría darme alguna herramienta: si  coloco blanco y negro al lado del gris, éste actuaria de manera distinta, pintando algunas lajas de blanco y algunas juntas de negro quizá lograríamos que el gris comunicara otras cosas.
También pensé que en el contraste de cromas complementarias los grises que son neutros (o sea que tienen el mismo tono que el color) estos se tiñen del complementario, por efecto óptico en nuestra retina.
Podría colocar azules y naranjas para que los grises aparezcan más cálidos o azulinos. Elijo este par de complementarios por que el al color de la garita de policías.  
Es también interesante que al tener un espacio tan grande se pueden hacer diseños que sean importantes sin perturbar a los conductores, ya que estamos en un lugar de cruce de gran cantidad de vehículos que no pueden ser distraídos. 

Elemento línea: dureza y gran peso.

Otra de las observaciones que he realizado se refiere a la dureza de las líneas del puente. Cuando se camina se puede ver como se suceden líneas muy pronunciadas  y de gran peso, tanto en el techo como en  los rayos de sol que se cuelan, de manera perfectamente recta por hendijas del techo.
 Estas líneas son muy marcadas por los bloques de cemento que las conforman, son los cimientos de la General  Paz, y son  imponentes bloques que pueden hacernos sentir muy diminutos por el tamaño tan  pronunciado.
 Es una gran extensión con grandes bloques de cemento que no tienen… nada.
Pensé que hacer para utilizar esas líneas tan rígidas y darles blandura, liviandad, como hacer dócil un espacio, como oponerse  desde algún elemento grafico,  tanta rigidez.

Trasformación del elemento línea rígida a forma orgánica:

 Pensé así en bajar líneas que se van ablandando y haciendo orgánicas, oponer a la rigidez constructiva una blandura corpórea,  doblar una línea a través de la organicidad del cemento blanco al cual se le incrusten reflejos de vidrios partidos.
 
 Allí la línea de sol-luz quebraría la dureza y serviría como para establecer nuevas relaciones entre el techo y la superficie del suelo.
 

Elemento compositivo: continuidad e implementación de la misma.

 El tema de la continuidad entre el techo, la pared y el suelo es otra herramienta que me ha servido para diseñar un ambiente más propicio y vivaz para todos aquellos que cruzamos este espacio.

La composición y su sentido: trasformar la atmosfera del puente.

Las personas, todos, merecemos  vivir en ambientes saludables, transitar calles, puentes, estaciones, dignas… 
 y sobre todo merecemos ser tratados como seres humanos, no como si fuéramos  seres indignos que trabajamos para vivir y por esto se nos castiga visualmente, y nos obligan a  pasar por lugares que semejan campos de concentración nazis.

 Pensemos que es un castigo visual: es algo que nos hace sentir inferior y no podemos dar cuenta de  donde sacamos tal sensación.
Hemos visto que el poder de la imagen es muy importante, entiendo que lo es, por su poder de afectar directamente nuestra interioridad, sin siquiera pasar por la conciencia.
No podemos registrar el daño que nos produce que se menosprecie así el espacio público, como es posible que tengamos que pasar por lugares horrorosos llenos de minusvalía existencial con nuestros bebes, o niños?
Como le explicamos a nuestros hijos, a nuestros alumnos, que no es tan triste la realidad si ellos pueden ver todo el tiempo como personas se van denigrando poco a poco debajo del puente tomando sus colectivos?.

Entonces se nos puede refutar que es cuestión de dinero, de déficit fiscal y demás yerbas económicas, que a mi entender, desvirtúan el problema y no se lo intenta realmente resolver.
 Cuanta plata se puede necesitar para juntar 500 botellas de vidrio?
Bacías por supuesto…
  con ellas podríamos romperlas, con cuidado,  y así irlas incrustando en unos bancos hechos con cemento blanco estructurados con material desplegable.
Con material de descarte podríamos hacer muchas cosas que den dignidad y un saludable bienestar a todos. A los que salen al alba y a los que trabajan  de noche.

 Este es mi modesto aporte a la sociedad donde habito.
 Quiero que estemos en un ambiente embellecido por elementos utilizados de una manera novedosa y no tanto, ya que sigo al artista Gaudí de Barcelona,  tanto en las formas orgánicas como en la alegría con que conminaba sus materiales.

Que haría entonces?

Es que así propongo realizar una serie un poco sinuosa y audaz, de bancos realizados con cemento blanco, a los cuales se les terminaría con trozos de vidrio en su parte superior para reflejar el sol.
 Las partes que estarían en contacto con el suelo la iluminaria con pintura a la cal, que tengo entendido eliminan hongos y demás agentes molestos.

Forma e inspiración:

Las formas de los bancos tienden a una organicidad, no habría ángulos y cortes bruscos de líneas, solo un sinuoso ondear por el espacio, sin reproducir el paralelismo del techo.
Justamente contrarrestándolo.
 Para decidir qué tipo de órganos trataría de invocar, me inspiré en lo femenino, relacioné a la mujer con su actuar en el hogar, que hace una mujer en su familia, modifica la atmosfera, llena de alegría la cocina con cortinas, hace una rica comida para agasajar a su marido, se perfuma para cambiar cosas que no se ven… el clima, prende velas…  se pone colores amigables
y es que así se me han reproducido a la manera de trompas de Falopio los bancos del Puente Saavedra, brazos que amasan… brazos que ofrecen afecto, sonrisas de niños… muchas cosas a la vez, simultaneidad de haceres.

Suelo, pared y techo

Siguiendo la línea de razonamiento anterior, en lo que hace al quehacer femenino, entiendo que una característica en el puente es romper la planimetría del techo y la “nada” del suelo.
 Se me ocurrió unirlos, entonces,  a través de formas orgánicas-vegetales que se dibujen en las lajas y desciendan hacia el suelo,  abracen alguna columna y continúen en el techo.
La continuidad visual del recorrido de  liana-línea…  las  formas vegetales que aparezcan, serán cuidadas en  que  se produzca continuidad visual. 
 A la manera de una mujer  que va tejiendo, entramando todos sus vínculos. Entiendo que en estos momentos habríamos llegado a modificar la inhospitalidad del puente.
 

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