Si tengo que
decir que tuve muchas parejas, no es cierto. Nunca estuve con nadie realmente
hablando, nunca conocí a un hombre.
Solo vi y
sentí lo que proyecté en ellos. Si me comparo con otras mujeres, sé que difiero
en muchas cosas, pero en la capacidad de poner al otro cosas que imagino,
parece que soy una rara. Mi interior tiene vericuetos, círculos, conexiones que
poco o nada tienen que ver con el común de las personas. Así es que aquél primer
hombre con el que salí, aquél “iniciador”, quizá tenga solo el nombre, de la persona
real.
Si quiero
hablar de aquél primero, del amor más extremista y prohibido idealmente
hablando, si puedo nombrarlo, puedo contarles algo y mostrar cuadros que tienen
que ver con aquél, reflejo escaso de lo que hará sido, que por supuesto no
tengo ni idea.
Se llama
Horacio, a mis diecisiete años conocí al negro, taurino y carpintero. No voy a
relatar lo que viví con él, primero porque no me acuerdo, hace ya mucho,
segundo porque no hay nada más aburrido que hablar de cosas de adolescentes.
Solo quisiera trasmitir que fue una experiencia muy intensa, que no logré
igualar a pesar de las demás personas que, digamos, conocí. Puedo decir que era
pobre como yo, estuve cinco años con él, hasta que lo dejé por sentirlo como un
cáncer para mí.
Esto de
dejar a mis hombres, es una constante. Siempre me salgo de las relaciones,
porque en ellas me siento sin aire, sin valoración, con un montón de
calificativos que siempre me los digo yo misma. Es más, afuera solo hay lo que
yo soy… y eso es realmente lo que yo vivía. Ahora desconfío ya de lo que veo
ahí afuera, sobre todo en aquellas coincidencias tan claras. No desconfío en
verdad, si no que sé que es obra mía, que en realidad no sé que hay afuera,
solo proyecto aquello que no apruebo de mí, y es mucho.
Otra
constante a lo largo de mi vida afectiva, es que rara vez estuve sola, creo que
esta es la primera vez en toda mi vida que no tengo a nadie cerca en meses.
Ya está
actitud me es un poco ajustada, pero necesaria para dejar de proyectar ideales,
sueños, agujeros, desconsuelos y sinsentidos por parte de mi ideal de hombre.
Parte, por cierto, principal en esto de la elección de los “candidatos”
(palabra rara no?) es mi imagen paterna, zona de mi psique sujeta a
transformaciones muy intensas últimamente.
Para no
ponerme psicolingüística, cosa que me cuesta mucho, solo quiero limitarme a
charlar un poco del prontuario… que palabras raras se me ocurren hoy!!!
Tenía mis
dudas acerca de la elección de la palabra foránea, para mi gusto, “prontuario”,
busqué en la web y encontré esta definición:
Del latín promptuarĭum (“despensa”), prontuario es una anotación o un resumen que se realiza de algo con el fin de tener
ciertas cosas presentes cuando se necesiten. El prontuario puede ser un registro personal o una publicación que recoge los
aspectos principales de un asunto, permitiendo una consulta rápida y sencilla.
Lee todo en: Definición de prontuario - Qué es, Significado y Concepto http://definicion.de/prontuario/#ixzz3E4x1sFZh
Lee todo en: Definición de prontuario - Qué es, Significado y Concepto http://definicion.de/prontuario/#ixzz3E4x1sFZh
Interesante
la cantidad de coincidencias con mi intensión, hacer un resumen, recogiendo
aspectos principales del recorrido hasta aquí en este asunto: mis hombres.
Bueno sigo
comentando, luego de aquél hombre iniciático, tuve la siguiente relación que
duró veinte años… mucho tiempo.
De este fragmento de mi vida, casi la mitad,
escribí un libro titulado “El arte como cura del alma”. Sujeto actualmente a
revisión total! Como todo en mi vida. Creo que el leerlo actualmente me mostró
el nivel de proyección que tuvieron todos mis hombres, en este sentido de
decirme lo que escucho desde chiquita dentro de mi cabeza.
Este libro
relata claramente como fue esta separación, a través de los cuadros que pinté
durante los últimos años, coincide con las clases que comencé a dar a personas,
momento importante, cuando enseñaba me escuchaba y pude comenzar a darme cuenta
la proyección. Claro, mi registro construyó la certeza de que como es afuera,
también es adentro, al valorar al otro me di cuenta todos los discursos des-valorativos que me decía yo, en principio, y me decían los demás.
Con estos
"incide", derechito me puse de pié… y me animé a buscar en internet, algún
hombre. Claro como tenía un saber que me era claro, creí que sabía algo y me
animé. Mi Dios! Aprendí muchísimo más… a lo largo de un año y medio.
Mas que aprender, es como haber nacido nuevamente... primero tuve que diferenciar la paja del trigo... y eso me llevó como un año.
Con todo el único camino posible por ahora es el propio.
Me apropié de lo que ponía en otros, como es tanto me está llevando más tiempo de lo previsto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario